01 junio 2013
Un café, un cigarro y mis ganas de verte.
El beso de por la mañana como rutina, pero una rutina de esas de las que nunca me cansaría. Tu carita de dormido, mi sonrisa de tonta. Compartiendo un cigarro y un momento. Siendo dos tontos ajenos al mundo. Y de esas cosas que no cambiaría por nada. Como cuando entre beso y beso de fondo sonaba una canción, siempre una diferente. O como cuando me llamabas fea y me hacías la fea más feliz del mundo. O los 'te quiero' al oído. Como me hacías temblar cuando me susurrabas, chaval. Sabías que ese era uno de mis puntos débiles. Conocías cada uno de ellos. Tú eras mi puto punto débil.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario