Sus ojos marrones, que al llorar se ponen verdes (y últimamente siempre son verdes.) Las lágrimas que ya se saben el recorrido a la perfección. Los labios, rojos, en un intento de parecer fuerte tal vez. Con su vestido y esos tacones de vértigo. Pero ella el único vertigo que siente es de otro tipo. Del tipo que te da la vida y te la quita al irse. Sonríe, pero solo lo hacen los labios, sus ojos siguen verdes.
Unos ojos que buscan algo, o a alguien quizá. Pero baja la cabeza, porque sabe que no va a encontrar una mirada como la suya.
Mira a toda esa gente que la rodea, parece como si estuvieran a kilómetros y tan solo están a unos pocos metros. Y vuelve a confundirle. Últimamente le pasa siempre. Le ve entre la gente, pero nunca es él. Le parece oir su risa, pero ni siquiera es parecida.
Y ahí siguen esos ojos verdes, buscando a la única persona que puede volverlos marrones.
30 junio 2013
Unos ojos que buscan algo, o a alguien quizá.
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