30 julio 2013

Tu risa de fondo.

Por volver a escuchar tu risa de niño pequeño, que ni siquiera ha cambiado. Misma melodía, mismo tono, pero diferente motivo. Supongo que es por eso por lo que nunca volveré a tener ese sonido de fondo. El sonido de las tardes recorriendo las calles, juntos. A veces con tu mano en mi cintura, a veces envolviendo la mía. Pero siempre a mi lado. Caminando hasta que necesitábamos parar de lo cansados que estábamos. Y con el sol o la luna mirándonos, lo que fuera, todos mirando. Llamábamos la atención. Siempre conseguías contagiarme tu risa. Quizá fue por esas tardes por lo que aguantamos todo lo que vino después. Supongo que nos alimentamos de esas risas pasadas, de esos momentos en los que nos miraban por lo felices que eramos, me atrevo a decir que incluso nos envidiaban. ¿Sabes? Decían que deberíamos estar cansados de estar todo el día juntos. Yo me reía, porque hablaban sin saber. No sabían que tú eras la única persona que nunca me había fallado. Porque no eras solo alguien con quien compartir risas, besos, buenos momentos. No, no fuiste solo eso, porque diles las veces que con un nudo en la garganta te dije que te necesitaba. Cuéntales como tú entonces me abrazas y decías que ahí estabas. ¿Cómo iba a cansarme de eso, si aun a día de hoy sigue echando de menos cada momento que viví contigo? Ya fueran buenos, o malos. Ya fueran risas, o lágrimas. Y mírame, tú me has cambiado, he acabado creyendo en todas esas mierdas de eso a lo que aun no me atrevo a nombrar como lo que es, amor. Porque si, hablemos de amor, yo te quise ¿sabes? Aun lo hago, porque ¿cómo dejar de querer a alguien con quien has compartido tanto? No se puede, simplemente no se puede. Pero como todo, se acabó torciendo. Me niego a poner escusas. Tal vez no nos entendimos, tal vez todos ellos tenían razón y era demasiado bonito para ser verdad. Aunque lo fue, se que lo fue, como también se que no volverá a ocurrirme algo así, no como aquello. Porque estuviste cuando más necesitaba oír esas tonterías como que todo iría bien. Y es que sabía que no era verdad, que nada iba a ir bien, pero tú hiciste que todo fuese menos mierda. Y me ayudaste a levantarme antes de que la gente se diera cuenta de que había caído.

No hay comentarios:

Publicar un comentario